No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.
(2) Mateo 6:20
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
(3) Juan 4:32
El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
(4, 5) Juan 6:27
Trabajad, no por la comida¹ que perece, sino por la comida¹ que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
(6) Juan 6:55
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
(7) Romanos 14:17
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
(8) 1 Corintios 8:4
Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.
(9) 2 Corintios 9:10
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come*, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia.
(10) Colosenses 2:16
Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.
- "en comida": ἐν βρώσει [en brôsei].
(11) Hebreos 12:16
no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.
antí brôseôs miás
a cambio de comida una